Los acertijos del amor y la literatura en “Los acertijos
de Glenda”
Roger Otero L. (2014) Santa Cruz, Bolivia.
Premio Municipal Nacional de Novela 2013
Una de las afirmaciones corrientes en el
comentario de nuevas novelas publicadas por los aún noveles escritores
nacionales es que es poco o ninguno, el vínculo que se establece entre la obra
y la realidad. Y en algún modo es cierto. Los últimos 20 años de historia de la
literatura dan cuenta de que el autor no quiere hacerse cargo de la realidad
que lo rodea.
Sin embargo, también es cierto que lo que
ocurre es que no hay una única manera de vincularse con la realidad. La
modalidad realista o documental, efectivamente, ya no tiene vigencia, ni
sentido. Pero qué si afirmamos que la novela policial de hoy, en todo el
continente, es un retrato del “revés de la trama”? por ejemplo?. De esas tramas
oscuras y clandestinas que consideramos aptas solo para aparecer en las páginas
policiales?. Y las novelas de misterio? O las de suspenso y “acertijos”?
La novela de Roger Otero Lorent, “Los acertijos
de Glenda”, es fundamentalmente una novela de amor cercenada por circunstancias
sociales difíciles de superar. Aunque de una manera sutil, de modo que es casi
simbólica, las familias aparecen
escindidas en forma misteriosa. Se imponen las identidades falsas, la
impostura. Y en ese mundo, solo la comunicación cifrada, permita algún tipo
de contacto entre este misterioso
personaje, y otro joven, que percibe la soledad y tenazmente cuida el
afecto.
El suspenso domina gradualmente cada uno de los episodios, que nos
llevan con atención a seguir la vida de este pequeño mundo adolescente, donde
el ocultamiento ante el peligro es inevitable. Los diálogos, le dan el dinamismo suficiente, pero sobre
todo los diálogos interiores, nos permiten conocer la profundidad de las
preocupaciones de un mundo que a menudo subestimamos y nos parece difícil de
entender. Pero aún más, difícil de novelar.
He aquí que esta ágil novela, se suma con un
muy apreciable y cuidado manejo del lenguaje y de las técnicas narrativas, a la
serie de la nueva narrativa boliviana, con una historia que convoca por igual a
adultos y por supuesto a jóvenes.
Ese quizá el logro mejor alcanzado. Un texto acabado, cuidado, impecable
en la relación con el lector, a través del suspenso, por otro lado, un recurso
aún nuevo en el espectro de propuestas de nuestros autores. Una novela que además, muestra a un
escritor comprometido y consecuente con la tarea que hace ha ya varios años ha
emprendido, y que revela el trabajo de “cuidar” la palabra y al relato,
como a sus objetos más preciados.
Claudia Bowles Olhagaray